Viruli me trajo un vaso de jugo, fuimos a su cuarto y le conté lo que había sucedido en la casa.
—Ellos tienen a Pocho, el perro de la familia López —dije—. Además había bolsos con cosas robadas. Tenemos que entrar, llevarnos todo y devolver las cosas a sus dueños.
—¡Pero eso es muy peligroso! — dijo Viruli.
Entonces le cité una frase del Manual total y completísimo del moderno detective:
—“Un detective sin coraje es como un tenista sin raqueta”.
—Bueno, está bien –dijo Viruli, no muy convencido—. Mañana te acompaño.
—¡Tiene que ser hoy! ¿Y si mañana ya no hay nada?
—¡Pero falta poco para que se haga de noche, Besugo! —dijo Viruli.
—La noche es nuestra amiga, compañero.
—¿Esa frase también es del Manual?
—No. Es la letra de una cumbia que pasan por la radio.
Nicolás Schuff
martes, 30 de marzo de 2010
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